UNA SEMANA CURIOSA



Martes. Me he vuelto a dormir. Llego a clase sofocada y avergonzada al sentir las miradas en mi al abrir la puerta.

Mi energía no es muy buena y no me sentía motivada para participar en las dinámicas, pero me fuerzo los primeros cinco minutos, luego mi energía mejora y empiezo a disfrutar del momento.

La verdad es que nunca he sido de las personas más participativas en estas actividades, lo sé, me pone nerviosa sentir que un grupo desconocido fije sus miradas en mí, aunque todo el mundo que me conoce piense lo contrario y en realidad, nadie me esté mirando.
Pero a medida que avanza la clase, siento buenas vibraciones y me centro en el momento.

 Empezamos en círculo pasando de una a otra nuestra energía, mientras decíamos “Gia”, después, añadimos la palabra “Hondo” que nos permite cambiar de sentido. Después de un par de rondas, se añadió “Frisbi”, “Fish” y alguna palabra más. Disfruté la dinámica, aunque a veces, sentí que estoy más centrada en observar cómo se comportan los demás, que en mi misma. Me resulta entretenido ver como personas a las que considero tímidas, se van soltando tanto al hablar como al hacer los gestos que se requieren. Es curioso.




Después, comenzamos otra dinámica. Aquí ya me siento más integrada en el momento. Empezamos a andar con música de fondo, cada cuál por su lado, sintiendo la música y moviéndonos a su ritmo.  Se escuchan risas de fondo y alguna mirada de complicidad, pero en unos instantes toda la clase se centra en el momento y comenzamos a caminar, sintiendo la música y sintiéndonos a nosotras. Me tranquilizó este momento y ahí, mi día ya había mejorado notablemente

El segundo día de clase de la semana, después de realizar varias dinámicas, la clase comienza a preguntar dudas respecto al proyecto, se resuelven y hablamos del examen. Muchas personas no comparten el que sea obligatorio realizarlo, por lo que comienza un debate en clase qué en realidad, no llega a nada en concreto, ya que cada una tiene una visión diferente.

 No tengo una opinión clara sobre este tema, por un lado, pienso que clases tan prácticas son difíciles de evaluar según un examen escrito y subjetivo, pues inevitablemente, estará condicionado por la opinión de quien lo lea. Pero también pienso que, en ninguna asignatura, tenemos la oportunidad de mediante un examen escrito, reflexionar sobre algún tema en concreto bajo nuestro punto de vista. 
Supongo que este tema se volverá a abordar los siguientes días de clase, así que mientras tanto, todo sigue como lo planeado hasta el momento.

Sin apenas haberme dado cuenta, ya había pasado la semana, que a pesar de no haber empezado del todo bien, acabó mejor.

                                                                                               Elvira Martínez Alonso



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