CreArtEducAcción Comunitaria


Nuevo inicio de semana (académicamente hablando) con la visita de Julia, una mujer miembro de la asociación CreArtEducAcción Comunitaria. 

Esta asociación, tiene como finalidad contribuir en el terreno de la educación holística, transformación personal- social y la salud comunitaria, mediante la educación, la creatividad, la imaginación, etc.






Fue en el año 2012, cuando comenzó la creación de la biblioteca itinerante y arte comunitario. Podemos decir que se trata de un espacio donde se fomenta la reflexión reivindicativa en cuanto a la diversidad cultural.
Se han llevado a cabo ya varios encuentros de culturas comunitarias, donde el respeto, la escucha activa y la libertad de expresar aquello que se crea conveniente, se tiene presente en todo momento, así como la importancia del arte, reivindicando siempre que este no sea un producto del sistema capitalista.

Somos conscientes de que el sistema capitalista se encuentra en cada ápice de la vida actual, y  a pesar de ser casi imposible no ser cómplice, es importante reflexionar y generar una conciencia social sobre nuestros propios prejuicios, intereses, miedos y formas de actuar, sean consideradas positivas y negativas. Esto nos permite adquirir una conciencia real sobre nosotras mismas y sobre todo aquello que nos rodea. Según la asociación, estaríamos ante un posicionamiento coherente y compromiso con la vida social.




Me llamó mucho la atención una anécdota que Julia compartió con la clase y me gustaría escribir acerca de ella.

Como todos y todas sabemos, la muerte es un tema tabú en nuestra sociedad, pues bien, hace un tiempo, Julia acudió a realizar un taller con niñas y niños desde los 3 años hasta la secundaria en un colegio. 

Desde la asociación se acordó tratar el tema con toda la naturalidad posible, evitando agrandar el problema y tratándolo lejos del miedo, creando así un espacio cálido y seguro en el que compartieron pensamientos que para más de una persona, seguro que recuerda a lo largo de su vida.

Una vez acabada la visita de Julia, comenzamos una dinámica que consistió en lo siguiente:
Primero, caminamos de forma pausada por la clase, sintiendo nuestro cuerpo y escuchándonos solo a nosotras mismas, después, en búsqueda de un clima cálido, comenzamos a coincidir miradas y muchas veces sonrisas, con el resto de compañeras.

Después, expresamos el cariño a nuestras compañeras mediante una palabra bonita, un abrazo, una mirada de complicidad, etc.

Para finalizar, nos situamos en círculo y cada una, compartió una palabra que nos transmitiese buena energía, confianza y fuerza para todo aquello que nos venga. Justo ese día, no sentía mucha fuerza para enfrentarme a todas mis responsabilidades, y la verdad que escuchar todas esas palabras que muchas veces alejo de mí, me hizo sentir una energía mucho más positiva y vivir el día con más motivación.

                                                                                                   Elvira Martínez Alonso



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